La electrohipersensibilidad es una respuesta biológica particular que presentan algunas personas ante la exposición a campos electromagnéticos no ionizantes (CEM).
En alguna medida todos/as somos electrosensibles, ya que somos seres bioelectricos y por tanto susceptibles de ser influenciados por campos electromagneticos no ionizantes, aspecto que es muy utilizado por la medicina en la aplicación de algunos tratamientos, así como en diferentes pruebas diagnósticas.
Sin embargo hay personas electrohipersensibles (EHS) que manifiestan una serie de síntomas que remiten cuando esta exposición es totalmente eliminada. Ser EHS significa experimentar estados recurrentes de estrés o enfermedad, cuando se vive rodeado de Campos Electromagnéticos (CEM). Los síntomas pueden disminuir rápidamente después de la exposición o requerir varios días, semanas o meses dependiendo del nivel de sensibilización.
Los efectos biológicos de la exposición a CEM de baja frecuencia y alta frecuencia pueden ir desde la perdida de homeostasis y bienestar hasta intensos efectos adversos para la salud. Los síntomas varían de persona a persona en función de su biología y de la intensidad y duración de la exposición. Los síntomas mejoran cuando se produce un alejamiento de fuentes emisoras de Campos Electromagnéticos, en particular cuando la persona se aleja de tecnologías inalámbricas, teléfonos móviles e inalámbricos, Wifi, asi como de la proximidad a las antenas de telefonía movil, ordenadores, lámparas fluorescentes, transformadores, subestaciones eléctricas y líneas eléctricas. Todas ellas son fuentes potenciales de exposición a altos niveles de CEM de alta frecuencia o baja frecuencia. Los síntomas vuelven de forma recurrente al volver al medio ambiente irradiado. Con el tiempo, la sensibilidad aumenta más y más con exposiciones cada vez más pequeñas.
Dado que la exposición actualmente es prácticamente inevitable, la vida de estas personas se está haciendo cada día más difícil, y en los casos mas graves un infierno.